Entre 50 y 100 hombres y mujeres de distintas edades se reúnen cada sábado en la noche a orar y escuchar la predicación del pastor de la comunidad “Pantokrator”, una iglesia cristiana evangélica ubicada en Bosa, una barriada popular al Sur de Bogotá.
Los creyentes cantan sus alabanzas a Jesucristo a ritmo de rock pesado. |
“No somos una iglesia metal. Somos cristianos con un gusto musical especial”, advirte el pastor Cristian González. Pantokrator significa “Todopoderoso” en griego.
Los metaleros adoran a Dios en uno de sus cultos. |
"Somos cristianos con un gusto musical especial”, dice, aludiendo a que no se identifican con algunas ‘iglesias metal’ que hay en Estados Unidos, las cuales giran en torno a la música. En la de Bogotá, “la razón de ser es Dios, no la música”, señala.
El pastor Cristian González tocando la bateria en uno culto. |
Tribus Urbanas. A ‘Pantokrator’ no sólo asisten personas a las que les gusta la música metal. También acuden miembros de otras culturas urbanas y “gente común”, incluidos cinco niños pequeños que corretean por el salón de unos 70 metros cuadrados, de paredes blancas y decorado por cortinas y dibujos en las paredes. Pero este tipo de prácticas y experiencias son objeto de recleo o crítica por parte de líderes de diferentes confesiones.
Críticas y Advertencias. “Ahí (en iglesias como Pantokrator) hay una exageración con la que difícilmente se puede comulgar o estar de acuerdo”, sostiene Monseñor Fabián Marulanda, uno de los líderes más respetados de la Iglesia Católica en Colombia. “Nosotros en la Iglesia (Católica) hemos querido que la liturgia sea muy digna; que las expresiones no sean desbordadas. La liturgia misma exige esa seriedad y esa sobriedad”, agregó el prelado.
Los himnos tradicionales cristianos son cantados a ritmo de Heavy Metal. |
Muchas veces “el mensaje del evangelio es diluido precisamente a través de prácticas y clichés de la nueva ola cristiana”, opina el pastor Daniel Lancheros, guía de la comunidad “Cristo Rey”, una iglesia protestante tradicional con sede en Bogotá.Lancheros cree que “si las personas acuden sólo por su tendencia musical, eso es lo peligroso de estos movimientos”.
Uno de los miembros de la iglesia adora a Dios junto a los demás participantes. |
Durante el servicio, de unas dos horas, los asistentes alzan sus manos constantemente y se arrodillan bañados en lágrimas. Terminado el culto, González dice que “si Jesús estuviera presente aceptaría a todo el mundo sin hacer distinción y sin menospreciar a ninguna persona”. Aunque aclara también que“si Jesucristo viviera hoy no sería ni guerrillero ni metalero”, concluye.
Los esposos Adriana Ardilar y Cristian González son los pastores de la Iglesia Evangélica Pantokrator, en la capital colombiana. |
Fotos: Fuente externa.
Muy interesante,
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